RELATO BATALLA REINOS OGROS vs ORCOS & GOBLINS

Los generales Vitto nos han hecho llegar de su puño y letra este relato post-batalla sobre los entresijos del campamento y ejército Ogro. Esperamos que los disfrutéis.

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Las brumas que nublaban los pensamientos de Hut Cagaculebras se disipaban a medida que iba aplacando el hambre que atenazaba sus entrañas. Los restos de orcos salvajes que iba devorando no eran tan tiernos y sabrosos como un buen gor a la brasa pero al menos tenía con que alimentar a la tropa.

La batalla había sido brutal, los hierbajos de la pradera estaban teñidos de rojo, ¡hasta una gargantúa había acudido al lugar por el olor de sangre fresca!

-Algo se cuece en estas tierras y no me refiero a la marmita que está preparando Gargantavolcan- dijo mas como reflexión para si mismo que para sus camaradas.

Muchas y variopintas razas habían mandado tropas a esos lugares en busca de “solo las fauces saben que”, muchos hermanos habían muerto debido a heridas mal curadas al no poder reposar el tiempo debido entre contiendas, pero el propio Hut se había fortalecido y consolidado como líder indiscutible de la tribu tras demostrar su valía frente a la poca capacidad del Matarife de propiciar victorias, y mas ogros habían acudido recientemente para sumarse a sus tropas.

Dos de los dientes de sable se aproximaron tímidamente al fuego y se sentaron a limpiar su pelaje a lametones. Cagaculebras acarició el poderoso lomo de uno de ellos y una sonrisa maligna brotó de sus labios. El rostro del héroe ogro, plagado de cicatrices cuyas sombras bailaban con la danza de las llamas, era un espectáculo dantesco y la ausencia de varios dientes no ayudaba a tranquilizar el ánimo del espectador.

Un estruendo de chasquidos de ramas rotas, y el resoplar de una enorme bestia arrancaron a Hut de sus pensamientos. Un jinete ogro a lomos de una formidable bestia cornuda irrumpió en el campamento, localizó al déspota con la mirada y a una orden suya la montura hincó la rodilla a la par que el jinete mismo inclinaba la cabeza en señal de pleitesía. Cuando consideró que sus intenciones habían sido interpretadas, comenzó a hablar.

-Mi nombre es Haggor, y esta bestia es mi montura, “cabezaconcuernos”, hemos viajado para unirnos a tu tribu, ¡oh, infame Hut! Y para anunciarte que a tan solo una jornada de aquí hacia el norte se asienta un númeroso ejercito humano, mejor almuerzo que esos duros orcos.

Los bramidos, aplausos y risotadas no se hicieron esperar. Hut Cagaculebras se puso en pie y gritó:

-Cenad y descansad esta noche, con el alba buscaremos a los enclenques para hacer mas estofado!!

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